La tradición vitivinícola en Catalunya es más antigua que su propia historia, y el vino es un elemento indispensable de la cultura catalana y mediterránea. En el S.IV A.C. los fenicios y griegos introdujeron el cultivo de la viña y, desde entonces, el vino forma parte de la vida diaria, dieta, cultura y momentos de celebración.
Catalunya cuenta con unas condiciones naturales excepcionales: una gran diversidad de suelos, microclimas, condiciones orográficas y una situación geográfica que ha permitido conseguir la variedad, la calidad y la continuidad de su potencial enológico.
La DO Catalunya acoge la mayoría de los municipios productores de vino. Su objetivo es mejorar la calidad de los vinos y viñedos, investigando y aplicando las últimas tecnologías. Gracias a la DO, municipios elaboradores que no podían adscribirse a ninguna otra denominación de origen pueden ahora ampararse en ella y conseguir el sello de calidad y confianza que supone para el consumidor la certificación.
Consolidar, crear e innovar. Por ese motivo cuenta con un amplio abanico de variedades de uva autorizadas, para que los viticultores y bodegas puedan elaborar sus vinos con flexibilidad, creatividad y libertad.
36 variedades de uva autorizadas, autóctonas e internacionales
- Las 19 variedades de uva blanca son: Albariño, Chardonnay, Chenin, Garnacha Blanca, Gewürztraminer, Macabeo, Malvasía, Malvasía de Sitges, Moscatel (de Alejandría y de Frontignan), Parellada, Pedro Ximénez, Picapoll Blanco, Riesling, Sauvignon Blanc, Sumoll Blanc, Viognier, Vinyater y Xarel·lo.
- Las 19 variedades de uva tinta son: Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Cariñena, Garnacha Tinta, Garnacha Peluda, Garnacha Roja (Garnacha Gris), Garnacha Tintorera, Mandó, Marselan, Merlot, Monastrell, Petit Verdot, Picapoll Negre, Pinot Noir, Sumoll, Syrah, Trepat, Tempranillo y Xarel·lo Rojo.