La Historia de Jerez es único y fascinante. Más de 3.000 años de antigüedad, desde los fenicios, griegos y romanos hasta el Jerez actual; con 5 siglos de la dominación árabe hasta la reconquista, acompañando a la primera vuelta al mundo y conquistando América, robado por los piratas para venderlo a Londres (William Shakespeare era un gran amante del vino de Jerez y aparece citado en muchas de sus obras).
A partir de finales del siglo XVII la demanda mundial de vinos se había incrementado considerablemente -especialmente Inglaterra y Holanda-. El gusto inglés cambió los vinos más pálidos y ligeros a otros más fuertes, oscuros y envejecidos.
Esta transformación del mercado chocó en Jerez e instigados tanto por extractores locales como por los comerciantes extranjeros, en 1775 da comienzo el llamado "Pleito de los Extractores", que concluye tras varias décadas con la definitiva abolición del Gremio de la Vinatería. Este proceso supuso un paso fundamental para la conformación definitiva de la identidad de los vinos del Marco. La tendencia a almacenar prolongadamente vinos de diferentes cosechas y la necesidad de abastecer al mercado con una calidad estable dio lugar a una de las aportaciones fundamentales de la vinatería jerezana: el sistema de envejecimiento de criaderas y solera. Por otra parte, al prolongarse el tiempo en el que el vino se mantenía en las botas, la práctica de la fortificación pasó de ser un mero medio de estabilización para los vinos más frágiles a convertirse en una práctica enológica, mediante la que el bodeguero decidía el tipo de vinos que iba a producir; la adición de aguardiente vínico en distintas proporciones dio lugar así a la amplia tipología de vinos de Jerez que hoy conocemos. Surgen en esta época las grandes bodegas de crianza.