La Bodega nace después de una saga de cuatro generaciones de viticultores y como siempre la producción de uva ha sido destinada a la venta a granel. Cuando el enólogo de la bodega acaba sus estudios, la familia Sanromà Calaf inicia un proyecto de transformación de uva de las fincas propias con una filosofía muy clara.
Embotellar un paisaje, conseguir transmitir el 'terroir' en forma líquida.
La bodega hoy en día elabora tres vinos monovarietales, es decir, de una sola variedad, para representar al máximo la expresión de el suelo en sus vinos y hacerlos representativos del territorio, apostando por variedades autóctonas.