Cuando la vendimia se ha acabado en buena parte de Cataluña, en alta montaña todavía hay viticultores que cosechan la uva o piensan cuál es el momento perfecto para hacerlo. En los últimos años ha aumentado la plantación de los viñedos en la comarca del Pirineo, incluso por encima de los 1.200 metros de altitud, donde la vendimia se suele hacer bastante más tarde de lo habitual en cotas más bajas en el espera que maduren los racimos.  

En la Edad Media ya se hacía vino, lo que se obtiene ahora es más aromático, menos alcohólico y más delicado de lo que se podría pensar de una uva que crece entre montañas. La viña prospera por encima de los 1.000 metros, no sin dificultades, porque se encuentra en una latitud idónea para este cultivo, por la aplicación de técnicas agrícolas adaptadas al medio y porque se opta por variedades que aguantan mejor las bajas temperaturas, como el sauvignon blanco, el riesling y el pinot noir.